domingo, 6 de julio de 2008

mision 1 NHN: Ken y Omi

Entraron muy temprano a las instalaciones de la televisora. Ambos caminaron hacia los vestidores, en donde se encontraban sus compañeros, caminaron leyendo sus instrucciones, cuando de pronto les surgió la duda de cómo se pudieron haber conocido.

-Muy bien. Yo soy Hiraku de 20 años... ¿Qué te parece si nos conocimos en nuestro antiguo empleo? En donde éramos “ASTRONAUTAS”- Voló en chibi por el espacio exterior el joven Omi.

-¿Pero qué cosas dices? Mmm... ya veo, ¡salimos al espacio a limpiar el universo de la mugre! – Dijo con voz burlona Ken.

-Los astronautas son más divertidos y, que yo sepa, no limpian la mugre.

-¿Y cómo pasamos de astronautas a intendentes? ¿Acaso nos degradaron?

Con una gota en la cabeza Omi responde – Esa parte no la había pensado. Si no te parece, entonces cual es tu historia- Al chibiOmi se le revienta su nube y cae al suelo.

Ken pisó al chibi y lo miró con gran curiosidad –Bueno... algo más cercano a lo que somos... para empezar, -¿por qué nos conocemos?

Un pequeño chibi parece pensar –No sé... será porque vivimos en la misma casa con 12 personas locas.

-Ni me lo recuerdes... ¿cómo fui a para ahí? Espero no regresar de donde me sacaron... – se detiene por un momento a pensar en una excusa -mmm... pues que te parece si trabajamos juntos en un hotel, ¿suena más lógico que haber llegado del espacio? ¿No es así?- Sigue caminando con su compañero.

-Está bien, aunque a mí me gustaba más la otra idea.

Ken abrió la puerta de los vestidores y los demás trabajadores crearon un tumulto alrededor de los chicos. Con una gran gota en la cabeza Ken respondió ante ello:

-¡Que tal! Mi nombre es Inoue Taro y este chico es mi colega Oshiro Hiraku.

Los demás compañeros empezaron a realizar preguntas sobre cómo es que se conocieron los chicos y de cómo habían llegado a trabajar en la televisora, preguntas que por suerte lograron responder.

Después de las presentaciones y de las preguntas de rigor, se cambiaron y se dispusieron a ir con su jefe asignado, quien les mostró el área donde laborarían y les entregó una lista de tareas para cumplir por día.

Entre las tareas estaban:
• Cafetería
• Baños
• Pasillos del estudio 4
• Etc.

La primera mitad del día se la pasaron limpiando la cafetería y en la hora de comer: - Esperemos que encontremos algo pronto, porque no creo aguantar la realización de la limpieza por mucho tiempo y sobre todo si es de los baños. A lo que Omi respondió –Pero alguien debe hacer el trabajo sucio – Dijo Omi sonriendo y dándole una palmada en la espalda a Ken, quien se sentó en ese momento en una silla y puso su comida en la mesa. –Sí, pero esto ¡¡apesta!!

Después de comer hicieron el cambio de turno, “los baños”, los favoritos de Ken. Limpiaron los baños de los ejecutivos, que se encontraban en la planta más alta del edificio, pero el siguiente baño era el de mujeres y esa fue una situación que no previeron.

-Muy bien Taro, este piso es todo tuyo.

-¿Acaso no hay chicas o alguien autorizado para realizar esta labor? ¿Dónde están todos los demás?- Y mirando maliciosamente a Omi, Ken solo le dice -Creo que con un poco de maquillaje no tendrás problemas si entras... Hiraku.

Omi respondió –Bueno, si yo entro, tú entras conmigo- y cruzando los brazos
–Está bien... pero no me veré ¡tan linda como tú!- haciendo ademanes femeninos exagerados.

Ambos entraron a un armario cercano y acto seguido salieron dos lindas mucamas. Se dirigieron hacia el baño de mujeres y abrieron la puerta.

-¡¡Servicio de limpieza!! – No se escuchó nada –Menos mal que no hay nadie dentro...

-Entonces comencemos- respondió el chico más joven.

-¡Oh no! Alguien viene... ¡métete ahí! ¡vamos! – Aventando a Omi dentro de uno de los apartados del sanitario y entrando tras de él. Pronto se escucharon pasos y la voz de una chica tarareando una canción conocida:

-Y soy tan verde cuando tararararara...

-Oye Taro- Susurró Omi- ¿No crees que estás muy cerca?- terminó su oración con la cara muy cerca a la de Ken.

Un lugar muy pequeño, dos personas conocidas, parecían respirar un mismo aliento, el mismo aire, un desenlace muy esperado y de pronto... suena un celular y ambos voltearon con disimulo a lados contrarios.

-¿Si? – Se escuchó una voz femenina al fondo - la información que desea tiene un alto costo... ¿Dónde? ... en un lugar llamado Black Palace... sí... el señor Tsukamoto lo verá ahí.

Se oyó el abrir y cerrar de las llaves de los lavabos y alejarse a esos pasos de la dama, seguido de dos mucamas saliendo expulsadas de uno de los apartados, cayendo ambas (o ambos) al suelo, Omi justo encima de Ken, se miraron nuevamente, cuando de pronto ambos reaccionaron apresuradamente y Ken arrojó rápidamente a Omi, se levantó y sacudiéndose la ropa y acomodándose el atuendo:

-¡¡Coff!! ¿Escuchaste eso?- tratando de dejar atrás la situación incómoda.

-¿Crees que es la cita que estábamos buscando?

-Supongo que sí... ¿y ahora qué? ¿Terminas de limpiar los baños?

-No podemos levantar sospechas.

Y piso por piso fueron llevando la misma dinámica, con algunas miradas de reproche en algunos baños para dama, pero sin mayores contratiempos. Cuando finalizó el día, llegaron con el jefe...

-Estoy agotado... – Y dirigiéndose a su jefe –Mmm... disculpe... ¿tendremos que hacer lo mismo mañana? Me parece demasiado, ¿por qué nosotros dos tuvimos que limpiar TODOS los baños?- terminó de decir Ken con una gran cara de hastío.

El jefe miraba una lista que tenía en sus manos y al mirarlo le respondió –No, sólo los baños de hombres de los dos últimos pisos... ¡¡Creo que les hicieron su novatada!! Bueno, ¡¡Bienvenidos!!- y siguiendo su camino se alejó riéndose de tal situación.

-¡¿Los últimos dos pisos?! ¡Todo es culpa tuya Hiraku! – Sólo se vio a un Ken como derritiéndose cayendo al suelo, con la boca abierta y los ojos lagrimeando.

-Odio las novatadas- Es lo único que acertó a decir Omi al final del largo día.

Siguieron trabajando toda la semana para no levantar sospechas, siempre quejándose con Omi, Ken deseó terminar pronto con esa misión.

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